La efectividad a través de buenos acuerdos. Manuel Gil Pérez

La efectividad a través de buenos acuerdos. Manuel Gil Pérez

 
Todos los días interactuamos con muchas personas con las cuales tenemos relaciones de amistad, familiares y laborales.  Más de una vez al día tomamos decisiones con ellos, en las que nos comprometemos de manera individual o grupal a lograr una tarea.

Los acuerdos se vuelven entonces un "contrato” en el cual una persona o varias personas se "comprometen” hacer alguna actividad que conlleve a lograr un fin común.

La mayoría de ellos, se realizan de manera verbal, generalmente con poco detalle del resultado deseado por no considerar elementos importantes y vitales, como las "fechas compromiso” que no existen, por ejemplo: En la tarde, la próxima semana, el miércoles, el fin de semana, etc.

Otro factor que se vuelve relevante es el análisis de los recursos necesarios, esto conlleva a realizar una buena planeación y optimización de tiempos. Pensemos, cuántas veces hemos hecho acuerdos en el que nos hace falta algo, o no se consideraron ciertos aspectos que hacen que la meta se atrase, o más aún, que se incrementen los costos no considerados por reprocesos.

Estos aspectos mencionados pocas veces se evalúan para saber qué está pasado con el resultado de los acuerdos, evidentemente no se logra la meta o se logra a un sobre costo, la pregunta es ¿qué está fallando?  Tomarse tiempo para analizar la causa nos hará aprender y tomar acciones para mejorar.

Sin embargo, existe un factor importante que incluso muchas veces se dice y no se aplica, las consecuencias del incumplimiento. Generalmente, al hacer acuerdo no especificamos cuál será el beneficio de lograr la meta o cuál será la responsabilidad de no lograrla. Una vez un empresario con mucha experiencia me compartió que, para él, los acuerdos debían de tener una consecuencia monetaria, ya que es la manera como muchas veces asociamos y valoramos el tiempo y el recurso. 

Y no se refería incluso a grandes cantidades, podían ser cantidades que "simbólicamente” representarán la falta a algún elemento y por lo tanto el incumplimiento. 

Estos factores van afectando las metas que nos vamos proponiendo, sino se cuidan se vuelven un estilo de vida o peor aún una cultura difícil de erradicar, ya que se brinca el trasladarle la responsabilidad a un factor externo, en pocas palabras no se acepta. 

Entonces, cómo lograr un buen acuerdo para lograr la efectividad. Se tiene que comenzar paso a paso y en la medida que se logre una confianza y desarrollo entre las personas, la efectividad aumentará. Al principio es muy pesado y conforme se avanza se vuelve una habilidad que suma muchísimo y ahorra muchos costos operativos y/o administrativos.

Pensemos con quién vamos a trabajar o ponernos una meta, incluso familiar, qué habilidad se tiene en la(s) actividad(es) necesarias, cuál es su actitud, cuál su iniciativa, etc. Sino cuidamos estos aspectos, podemos hacer, por ejemplo, un acuerdo con una persona que tenga mucha actitud e iniciativa, pero poca experiencia. Si a esta persona no se le supervisa y explica de manera detalla cómo lograrlo, los pasos necesarios, así como el objetivo, es muy probable que no se logre la meta, por ende, la persona se frustre o lleguemos a un tema de discusión por el incumplimiento. Sea cual sea la causa, para ambos el resultado debe de ser evaluado para obtener un aprendizaje y que no vuelva a ocurrir. En este ejemplo, sino se ponen las consecuencias y la persona no valora la evaluación, es muy probable que vuelva a suceder, simplemente no hay consecuencia.

Una herramienta muy útil que se puede utilizar para integrar a la elaboración de los acuerdos y lograr resultados es hacerse las siguientes preguntas:
  • ¿Qué se va hacer? - Es lo que se refiere al objetivo a lograr.
  • ¿Por qué se va hacer? - La razón o fin por el que se pretende lograr.
  • ¿Cuándo se debe de hacer? – Se refiere a establecer fecha, día y hora.
  • ¿Dónde se va a realizar? - Especifica el lugar o alcance.
  • ¿Quién lo va a realizar? - Especifica el compromiso y la tarea de cada quien.
  • ¿Cómo se va a realizar? – Se refiere a lo que se va a realizar sin limitar la creatividad e innovación.
  • ¿Cuánto va a costar? - Especifica los recursos y costos necesarios.
  • ¿Cuál será la consecuencia del incumplimiento? – Establecer lo bueno y lo malo que será como resultado de la revisión.
En resumen, si logramos desarrollar una cultura basada en la confianza y el cumplimiento de los compromisos, vamos a alcanzar una mayor efectividad que hará una gran diferencia en los resultados, llegando incluso a ser una ventaja competitiva. Si adicional, consideramos la evolución de una "supervisión” de los trabajos acordados a una "auto supervisión” por el compromiso y responsabilidad de querer lograr los resultados, estos se multiplican, porque el acuerdo se vuelve una sinergia total, donde aplica que la suma de los esfuerzos supera las expectativas.

Manuel Gil Pérez

Hombre de familia y exitoso empresario en modelos innovadores de comercialización de productos de salud y bienestar.

Ingeniero en Sistemas Computacionales trabajó por más de 25 años en la CFE Distribución Peninsular desempeñándose en diversos puestos a nivel gerencial dirigiendo a equipos de alto desempeño con un enfoque hacia resultados. Su espíritu de búsqueda incansable de mejora lo llevó a capacitarse en formación empresarial y Liderazgo y aplicar metodologías como Six Sigma, Safe Start, PNL entre otros.

Actualmente dirige un equipo de emprendedores que han consolidado con éxito sus procesos comerciales a través del desarrollo de Liderazgo Transformacional cimentado en valores.

Instructor, conferencista en temas de desarrollo humano, liderazgo y bienestar y colaborador editorialista del Portal Líder Ejecutivo MX.

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