Ley de sincronicidad. Edgar Hernández Cancino Quintero

Ley de sincronicidad. Edgar Hernández Cancino Quintero

 
Estaba desayunando con mi hermano mayor cuando me preguntó cómo iba con mi libro en ventas. 

Le contesté que bien y le conté que estaba por terminar el segundo, pero que no estaba conforme con el último tema, que sentía que algo faltaba.  

Me dijo, nuestro padre estaría muy orgulloso de tí. Lastima que no vivió para verlo. 
Como tenía una junta vía zoom con Xelcron,   me fui al despacho por el camino del malecón, pensando en mi padre, a raiz de  las palabras de mi hermano Ernesto.

De repente, me llamó Claudia (mi socia del despacho) y me informó que no podría  estar presente en la reunión debido a que tenía que asistir a una junta en la escuela de su hija menor, y que por ello se disculpaba. Le dije que no se preocupara, que yo me hacía cargo, junto con Luis, mi otro socio. 

Sin embargo, unos instantes después sonó mi celular, y era precisamente Luis. Me dijo, contador, cayó una auditoria del SAT con un cliente, tengo que ir a atenderla, no podré llegar a la junta con Xelcron. Le contesté que no había problema, que yo asistiría.

Al llegar a la sala de juntas, Victor, el encargado de sistemas, me informó que había ciertos problemas con el internet y que tardaría un poco de tiempo en solucionarlo. Entonces, saqué mi cel, y para mi sorpresa la batería estaba en 1%, así que  mejor lo conecté. 

Ahí estaba, esperando la video junta, sin mis socios y sin mi cel. Voltee hacia el librero y me dirigí hacia los libros. A pesar de haber muchos nuevos, uno con pasta derruida llamó  mi atención. Al abrirlo noté que me lo había  dedicado mi padre. Sólo decía " para Ed de papá”. Ví que era un libro de desarrollo humano. Lo tomé  y me senté para hojearlo. Al abrirlo más o menos a la mitad, leí una frase subrayada por mi padre " Cree en ti”. Se me iluminó el rostro, y me dije ese es el tema que me falta incluir en mi nuevo libro " Decídete a ser feliz... una guía para lograrlo”.

Para mi, fue un mensaje de mi padre. ¿Por qué? Pues porque pasaron una serie de hechos y circunstancias para que yo tomara ese libro en mis manos:

1. Mi hermano mayor me preguntó sobre cómo iba con mi libro y me dijo mi padre estaría orgulloso.
2. Mis dos socios no pudieron asistir. Si lo hubieran hecho, no hubiera buscado que hacer (que leer), pues hubiera estado hablando con ellos o con uno de ellos.
3. El internet estaba fallando.
4. Mi cel ya no tenía batería. No pude entretenerme viendo mis mensajes.
5. Voltee a ver el librero y se me ocurrió tomar un libro. 
6. Escogí el libro menos llamativo.
7. Fué un libro dedicado por mi padre para mi y de desarrollo humano. 
8. Lo abrí en la página exacta en donde estaba la frase subrayada por mi padre.
9. La frase decía el tema exacto que necesitaba para terminar mi libro
10. Todo se juntó en sincronía exacta. 

Entonces, ¿Todo fue  una casualidad? ¿Me mandó un mensaje mi padre? 

No sé que crees tú.  Pero yo, quiero creer que si.


COMENTARIOS

Anónimo
Nooo.... Pues sí..! Hay quienes le llaman "sincro destino"

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