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El Resplandeciente Flamboyán. Adriana González Durán
El Resplandeciente Flamboyán. Adriana González Durán
Una de las floraciones más aclamadas y disfrutadas por la gente de Yucatán y hasta extranjera, que inició su floración en mayo, es el flamboyán, que, con sus hermosas flores entre el anaranjado a rojo intenso, deslumbran las avenidas, comunidades, iglesias y casas de las zonas del sureste de la República Mexicana.
La Delonix regia como se le conoce por su nombre científico, es un árbol que llega a adquirir una altura de hasta 8 metros de tronco grueso con raíces grandes, prominentes e invasivas, hojas verdes que simulan a los helechos, y sus frutos en forma de vainas que permanecen colgando en el árbol durante varios meses.
Es una especie caducifolia que, aunque pensemos que es nativo de la región es originario de Madagascar que por su origen tropical se adaptó muy bien a nuestro clima. Esto lo afirman reportes históricos, donde se menciona que exploradores franceses y portugueses llegaron a la isla de Madagascar a principios del siglo XVI y se encargaron de propagar el árbol en todos los continentes, entre esos América y con la conquista empezaron a llenar las avenidas de Yucatán.
Entre las propiedades del flamboyán está en que es una especie alelopática, o sea, que no crecen otras hierbas bajo su sombra. Se usa principalmente como planta ornamental y también se puede trabajar como bonsái. En el Caribe se usan las vainas maduras como instrumentos de percusión o maracas y en Colombia se usan para alimentar al ganado. De sus propiedades medicinales se usa para aliviar los dolores reumáticos, problemas respiratorios y los del asma. Para beneficiarte de ellas puedes macerar la corteza para posteriormente aplicártelo sobre la zona dolorida, o bien cocer las flores como infusión.
Otro dato muy interesante de esta especie es su leyenda. La cual cuenta que en el silencio del bosque se oía una voz llorar, amargada. Era un árbol que lloraba tristemente por no tener flores. Tupã le escuchó, y condolido por tanta angustia decidió cambiar la suerte del pobre árbol. Y sentenció: Que los rayos de fuego del sol ardiente transformen las verdes ramas en millares de flores apasionadas. E inmediatamente eso ocurrió. El ramaje de los grandes arboles del bosque se apartaron y el sol iluminando el árbol que lloraba, realizó el milagro; la copa verde del flamboyan se transformó en un bonito ramillete de flores rojas fulgurantes.
También se cuenta que, en Sagua, pueblo de la provincia de Santa Clara, se encontraba el flamboyán más lindo del país, con un verdor incomparable y orgullo de los sagüeros, que una mañana en la que no salió el sol sus hojas comenzaron a marchitarse y caer, en solo tres días quedó reducido a un tronco casi sin vida. Esos días llegó al pueblo, una pareja de enamorados que con solo mirar sus ojos eran capaces de contagiar con su amor a quien lo hiciera, su felicidad se trasmitía al compartir el aire que ellos respiraban. Y que al dejar grabados sus nombres en el árbol reverdeció y floreció.
Así este árbol majestuoso lleno propiedades, historia y una hermosa leyenda nos llena de vida todos los días al disfrutar su resplandor anaranjado rojizo junto con su hermano la lluvia de oro, de quien hablaremos la próxima vez que nos leamos.
La botica de Dría
adrisgd@gmail.com
Adriana González Durán es Ingeniera Agrónoma con Especialidad en Horticultura Tropical por el Instituto Tecnológico de Conkal con Maestría en Floricultura con especialidad en mejoramiento genético del Centro de Investigación y Asistencia Posgrado en Ciencias de en Tecnología y Diseño del Estado de la Floricultura con Jalisco A.C. (Unidad Sureste). Ha participado en diversos proyectos de investigación. Amante de la lectura y la naturaleza.
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