Cuando hablamos de inversionistas se nos viene a la mente la imagen de Michael Douglas en la película Wall Street en los 80´s o más recientemente Leonardo Di Caprio en el Lobo de Wall Street. Estas películas nos muestran a ejecutivos de traje y corbata que administran grandes fondos de inversión y cuyos portafolios suben y bajan según las fluctuaciones del mercado.

La realidad es que las inversiones no son solo para grandes expertos en finanzas como nos muestran las películas, sino que pueden ser para personas de a pie que están dispuestas a asumir riesgos con tal de ganar dinero. 

Ciertamente la recomendación de entrada es invertir aquel excedente de dinero que no se utilizará por un periodo a corto, mediano o largo plazo. No podemos invertir dinero cuyo flujo nos sirva para pagar nuestras necesidades básicas de casa, comida y sustento.

Por supuesto que cada persona tiene características individuales únicas. Hay personas más adversas al riesgo y otras menos adversas. Hay gente que prioriza la rentabilidad sobre el riesgo porque tiene tiempo. Y también existe gente que hace exactamente lo contrario porque dispone del dinero para un uso de inversión más corto. Por tanto, depende de los objetivos y del intervalo de tiempo en el que se invierte.

Veo al menos 3 tipos de inversionistas. ¿Cómo te ubicas?

El Agresivo. Busca mayores rendimientos posibles en el largo plazo, acepta fluctuaciones e importantes en el valor de sus inversiones. Por lo general son inversionistas jóvenes que cuentan con liquidez económica. Optan por instrumentos financieros que prometen ganancias más elevadas, saben que el mercado siempre rebota o se recupera. Apuesta por renta variable, acciones de empresas y alternativas innovadoras de inversión.

El Moderado. Es más cauteloso que el agresivo aunque de ser necesario toma riesgos para mantener un balance entre rendimiento y seguridad. Son profesionales con ingresos estables que son conscientes de la diversificación. En cuanto al tiempo, prefieren los instrumentos de mediano y largo plazo. Prefieren una combinación entre instrumentos de deuda  y fondos de renta variable. 

El Conservador. Busca tener ganancias más o menos estables sin correr casi ningún riesgo. Sacrifican la rentabilidad e incluso prefieren perder un poco respecto a la inflación, por lo que su patrimonio tarda mucho tiempo en crecer, aunque sus posibilidades de pérdida son mínimas. Se trata por lo general de personas mayores y jubiladas, padres de familia con responsabilidades financieras o jóvenes poco aventureros. Son ahorradores tradicionales.

Todas estas circunstancias hacen que nos perdamos potenciales oportunidades dejándolas escapar. Sin embargo, aunque no podamos eliminar el miedo en tus inversiones, sí podemos tratar de combatirlo. Por ejemplo, con un buen análisis. En este sentido, en caso de que no se tengan conocimientos suficientes para llevarlo a cabo, se puede recurrir a un experto que nos asesore en nuestras inversiones.

Para poder invertir sin miedo también es importante definir correctamente nuestro perfil de riesgo y el horizonte temporal ya que, como hemos comentado anteriormente, el largo plazo ayuda a disminuir la volatilidad. 

irvingescalante@gmail.com

Es Contador Público por la Universidad Autónoma de Yucatán. Maestro en Administración de Negocios con especialidad en Finanzas por la Universidad Tec Milenio. Cuenta con más de 20 años de experiencia en liderazgo de equipos de planeación y ejecución de proyectos empresariales, manejo de crisis y finanzas corporativas. Ha colaborado con empresas como MEGAMEDIA donde fungió como Director de Administración y Finanzas, es Socio de la firma CONSORCIO de la división Finanzas y Negocios, Socio fundador y director ejecutivo de Instituto de Enseñanza Tributaria IDET CONSILIUM, empresa de capacitación especializada en temas jurídicos, fiscales, patrimoniales, socio director de PROVIFIN, firma de Vinculación financiera que opera inversión y créditos directos a empresas y proyectos de negocio.