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El Síndrome del Impostor. Arantza Arouesty
El Síndrome del Impostor. Arantza Arouesty
¿Cuántas veces has comenzado un proyecto con toda la ilusión del mundo, y de repente, en algún punto y por alguna peregrina circunstancia… comienzas a dudar? Aquellas maripositas en el estómago con las que arrancaste esa mañana, sin saber en qué momento del día, se convirtieron en repugnantes moscas verdes que depositaron en tu psique sus larvas de incomodidad y autosabotaje.
Mientras continúas con la vista fija en algún punto del horizonte, sumergido en tu propia maraña de complicaciones, toma el control del escenario el desfile interminable de cuestionamientos que terminarán por destruir tus planes de éxito. Sí, por desgracia conozco de sobra ese sentimiento…
El infame enemigo de la voluntad es también conocido como el "síndrome del impostor", y es una especie de diablito junto a tu oído que constantemente se deleita con tu frustración, poniéndote delante miles de proyectos que con toda seguridad son mucho mejores y más originales que el tuyo. Este malvado personaje, tiene especial talento para sacar objeciones de la nada, y te convence de que aquella pulsión exacerbada que tuviste al abrir el primer ojo es ahora la peor de las ridiculeces.
¿Cómo se te ocurre que tu sueño pueda ser una iniciativa inspiradora? ¿Disruptiva? Jaja, si tan sólo eres una triste imitación de los que DE VERDAD saben, mírate, si lo tuyo no aguanta ni del escrutinio de tu perro, y eso que él sí te quiere -deberías escucharlo-, y lo que menos desea tu subconsciente es que te lleves una horrible decepción en el momento en que salgas a la luz con tu… con tu… (porquería de) idea.
"Eres patético", el sórdido síndrome te repite hasta el cansancio, "a nadie le va a interesar pagar por un curso impartido por ti, porque eso ya lo saben todos, y además tú distas mucho de ser la autoridad en el tema", "ese negocio ya lo han hecho millones antes que tú y sólo sirvió para dejarlos en la ruina", "estás perdiendo tu tiempo en desarrollar productos que nadie va a comprar porque la crisis mundial está peor que nunca", "¿De verdad vas a escribir ese libro? ¿Y de dónde sacas que eres divertido? Ah, ¿qué es de divulgación científica? Y, ¿quién te dijo que tú puedes aportar algo valioso a la humanidad?"…
Y podría seguir durante varios días enlistando frases por el estilo, vamos, yo me las conozco todas y cada una, porque créeme, si no me las ha dicho alguien, seguro ya me las inventé en algún momento. Por eso te lo advierto, porque si lo permites, vas a seguir encontrando las más creativas excusas para fallarte a ti mismo una y otra vez, y para finalmente sumergir en la fosa de las Marianas tu autoestima y tus deseos de sobrepasar tus propios límites. ¿Eso quieres?
Entonces, ¿qué carajos haces aquí leyendo artículos angustiosos como este, cuando deberías estar marchando con la frente en alto hacia la conquista del Everest? Bueno, es un ejemplo estúpido, pero tú lo serás más si le das la mínima oportunidad al síndrome del impostor para que te domine cada vez que se te ocurre algo divertido, rentable, original, útil, y sobre todo, personal.
Piensa lo siguiente: siempre habrá alguien que sepa menos que tú de algún tema, alguien que necesite lo que tú vendes, o alguien que nunca se atrevió a hacer lo que tú sí lograste, porque lo intentaste una y mil veces ante la mirada condescendiente -y envidiosa- de los cobardes, ¿no?
¡¡Largo de aquí y ponte a trabajar en tu idea!!
Arantza Arouesty
arantzaarouesty@gmail.com
Aficionada al teatro, a las series de televisión, al cine, a la tecnología, y por supuesto, a las letras. Estudió la Licenciatura en Ingeniería Mecánica Eléctrica Área Industrial en la Universidad Anáhuac del Sur. Amante de la naturaleza, el humor negro, y la buena comida. Se ha desarrollado profesionalmente en distintas áreas, tales como la industria eléctrica, la consultoría financiera, y la logística, especialmente en el comercio naviero y el transporte terrestre. Es colaboradora del Programa Fórmula en los Negocios que se transmite por Radio Fórmula Yucatán 94.5 FM