Actúa en el momento adecuado. Edgar Hernández Cancino Quintero

Actúa en el momento adecuado. Edgar Hernández Cancino Quintero

 
Si no quieres ser un coleccionista de momentos tristes y vivir pensando en lo que pudo ser y ya no será, no dejes para luego lo que puedas hacer de una vez. 

No corras el riesgo que las circunstancias cambien y ya no se den las condiciones propicias para poder hacer lo que quieres. Ya sea en los negocios o en las relaciones personales o sentimentales, hacer o decir las cosas en su debido momento puede hacer la diferencia entre que logres o no lo que deseas. Por supuesto, que la estrategia para conseguir lo que quieres es la causalidad planeando tus acciones, sin embargo, un requisito a cumplir es que las realices en el debido momento en que se requieren y ya las puedas llevar a cabo. 

Nunca las postergues si no tienes un motivo de peso que te obligue a ello y siempre prioriza de acuerdo a la importancia y la necesidad de pronta ejecución, para que así las cosas se den en la secuencia de lo esperado y beneficioso. Posponer las cosas para otra ocasión, puede provocar que se pierda la oportunidad de actuar en el momento más oportuno. Por supuesto, si hay riesgo de algo o es más conveniente hacerlas después por alguna razón, pues hay que diferir la actividad para otra ocasión. En general, el camino a seguir es organizar las actividades a realizar y llevarlas a cabo en la fecha programada sin procrastinar a menos que sea estrictamente necesario. 

Es muy común en la vida diaria que por alguna razón no valida dejemos para después lo que ya podemos y debemos hacer de una vez. Sin darnos cuenta justificamos el atraso de muchas maneras, aunque la realidad es que lo hacemos en contra de nuestro mejor juicio. Es decir, al dejar para después una actividad evadimos la responsabilidad de hacerla en el momento justo, por lo que actuamos de una manera irracional, puesto que somos conscientes que el postergarla puede ser perjudicial.  Entonces, el postergar es por un motivo emocional y no racional. O sea, lo hacemos porque no tenemos el ánimo suficiente para realizar la tarea. El asunto es de carácter emocional, que tiene que ver con aspectos tales como, de inseguridad personal y baja auto estima, temor a equivocarse, por dejadez, irresponsabilidad, ansiedad, miedo, flojera, falta de voluntad o de compromiso, de perfeccionismo o por alguna otra emoción negativa. También puede ser que la causa sea tan sólo por creer o tener la sensación de que no hay prisa ni urgencia por hacer las cosas de una vez. Nos justificamos diciendo, que no pasa nada si se hace luego o que es mejor hacer otra cosa más fácil o más placentera. A veces, el motivo es porque no se tiene clara la importancia de la tarea en la consecución del objetivo que se pretende. 

No hacer las cosas en su debido tiempo, es un asunto emocional y no de gestión del tiempo, pues el estado de ánimo influye más en la decisión de no hacerlo que la razón de porqué es ya necesario o mejor hacerlo de una vez. En este sentido, el tipo de tarea puede generar aversión por ser una tarea poca placentera, aburrida, peligrosa, o tener que hacerla por obligación en contra del deseo de hacer otra cosa. 

Por otro lado, solemos enfocarnos en proveer lo que necesitamos en el presente y dejamos para después las necesidades futuras, por lo que no priorizamos lo que deberíamos hacer en pro de un futuro beneficio. Por ejemplo, ahorrar en el día a día para nuestras necesidades propias de la vejez es un pensamiento muy racional, sin embargo, emocionalmente preferimos priorizar lo que queremos hacer o tener en el presente, aunque pongamos en riesgo nuestra subsistencia económica futura. 

Entonces la pregunta es ¿qué puedo hacer para no dejar las cosas para después?

Lo primero es que aceptes que procrastinar no es una buena idea. Y que es una decisión de tipo emocional que debes aprender a gestionar de una manera especial. Lo segundo, es que tengas el deseo verdadero de cambiar ese hábito con acciones dirigidas a fortalecer el ánimo para hacer la tarea en su justo momento. Por ejemplo, imaginar la satisfacción que sentirás, o lo gratificante que será el haber logrado terminar la tarea en tiempo y en forma. Lo tercero, es que visualices las posibles consecuencias que se podrían generar por no haber hecho las cosas con la oportunidad requerida. 

En otras palabras, sé consciente del beneficio de hacerlo de una vez y del posible perjuicio de dejarlo para después. Por último, es muy motivante que te auto recompenses de alguna forma, cuando termines la tarea. Tú decides cómo te premias. Lo importante es que seas consciente de la importancia que tiene en tu vida y en tu negocio, actuar en su debido momento. Tú decides, lo haces ahora o después. 

Edgar Hernández Cancino Quintero

Es contador público y auditor, egresado de la Universidad Veracruzana, con estudios de especialidad y maestría en administración fiscal. Realizó un Doctorado en Gobierno y Administración Pública.  Por más de 30 años ha ejercido contaduría pública como consultor de empresas, dictaminador fiscal y perito contable. Es socio director de XELCRON Empresa de Tecnología especializada en Sistemas Administrativos. Socio Director de Cancino, Hidalgo y Asociados, S.C.  Ha impartido conferencias, talleres y cursos en desarrollo humano y en las áreas de fiscal, ética y contabilidad en diversas universidades públicas y privadas en México y en el extranjero. En el 2011 publicó la obra Ponga en orden su vida y sea feliz: controle su entropía y en el 2013 el libro Decídete a ser feliz: una guía para lograrlo.

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