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La paz social orgullo yucateco. Mario Gamboa Niquete
La paz social orgullo yucateco. Mario Gamboa Niquete
La paz social desde mi opinión, no es la ausencia de conflictos en una ciudad o comunidad. Los desacuerdos han existido y seguirán existiendo porque somos humanos. La paz no es una sensación utópica donde no pasa nada. Y en una comunidad como Mérida y un conjunto de comunidades como lo es Yucatán pareciera que nos hemos acostumbrado a vivir así.
Mirar desde el privilegio de vivir en paz social me lleva a reflexionar cuáles han sido las decisiones que como sociedad hemos tomado acertadamente para hacernos de este medio ambiente:
Educación y Conciencia. Creo que los yucatecos y en especial los meridianos tenemos la costumbre de llamar a la policía y a confiar en ella. Pero lo más importante es que la policía acude a nuestro llamado.
Participación comunitaria. Ya sea cuando la autoridad busca apoyo en la ciudadanía o ésta se organiza para buscar a la autoridad. Mérida sigue adaptándose aun con una migración constante.
Buenos vecinos. Mantener una relación funcional con nuestros vecinos. Ciertamente no tienen que ser nuestros amigos, pero sí al menos tener cordialidad ya que compartimos una misma calle.
Por su parte, la autoridad también tiene su mérito:
Capital humano. Uno de los aciertos que como ciudadano puedo reconocer, es la política de cuidar a quienes nos cuidan. Es decir, que el policía cuente con un sueldo digno, posibilidades de contar con vivienda, acceso a créditos, que su familia esté protegida, educación para sus hijos, entre otros beneficios evidentemente contribuyen a la paz social.
Tecnología. Contar con tecnología de punta, equipos tácticos, vehículos, motos, armas, equipo de comunicación, forman parte de los recursos que destina el Estado para garantizar la paz social.
Presencia y Seguimiento. Los protocolos de actuación de la policía tanto para atender las llamadas al 911, para el uso de la fuerza, la detención de delincuentes en flagrancia y siniestros de tránsito y accidentes, también abonan y contribuyen al medio ambiente que vivimos.
¿Cuáles son los beneficios?
Amable lector, cuando me detengo a reflexionar en los beneficios de vivir en paz me invade un sentimiento de orgullo, pero a la vez pienso en otros estados del país que se ven en situaciones de peligro para sus ciudadanos ante la ausencia de la autoridad.
La paz social va más allá de la seguridad.
Creo que el poder tener libertad para vivir con tranquilidad es una conquista que no está en negociación para ningún ciudadano. No debería.
Como empresario vivir en un lugar que me permita tener una visión positiva para mi negocio y mis colaboradores, bien vale el precio de conservar lo que tenemos.
Hay padres de familia que tiene hijos en edad escolar que pueden ir a trabajar sin temor de que algo les pudiera pasar en sus escuelas.
Salir a hacer ejercicio por las mañanas en la vía pública, andar en bicicleta, ir a un parque, bien vale el precio de mantener lo que tenemos.
Hay padres de familia que tienen hijos adolescentes y jóvenes que pueden al menos saber que sus hijos viven en una ciudad de leyes y que pueden confiar en la autoridad.
Mujeres que pueden regresar seguras del trabajo aún en horas de la noche, bien vale el precio que hay que pagar por mantener la paz social.
Finalmente amable lector este texto es una breve reflexión de la importancia de conservar lo que tenemos. Trabajar para no bajar la guardia por nuestra parte como ciudadanos y reconocer a la autoridad por el papel que está haciendo, porque es su obligación.
Sin duda, hay mucho más que hacer pero creo que no solo es importante decirlo y reconocerlo también compartir nuestro estilo de vida yucateco, porque podemos tener mil defectos pero hemos demostrado que bien vale la pena defender nuestro orgullo.
Mario Alberto Gamboa Niquete
Director General