Una creencia muy arraigada en el modelo empresarial de México es el estilo de liderazgo patriarcal, en el que el dueño ve a sus empleados con un sentido familiar de pertenencia enfocado a valores tales como la honestidad, fidelidad, amor, cariño, lo cual genera la acumulación de conflictos a nivel emocional en los empleados.

Esto es natural por el nivel de interacción personal entre las jerarquías de de la organización.

Esta puede ser una muy buena hipótesis, pero la verdad solo reside en el interior de la mente del dueño y líder de su empresa.

También es creencia el hecho de mirar al liderazgo como una forma de "perder el control”. Es decir, en un equipo de trabajo u organización sólo puede existir un único líder para preservar el orden y control. Esto, desde mi opinión es válido cuando se trata de un ejército. No de una empresa.

Sin embargo, el liderazgo en el contexto de organizaciones modernas y con perspectivas de alta competencia; es un valor que forma parte del propósito de la empresa. Seguramente cuando lees o ves la visión que dice: "Ser una empresa líder en el mercado…” una empresa líder lo es porque está formada de líderes. Simple.

El empresario no puede hacerlo todo, pero si se concentra en una simple delegación de funciones, está perdiendo valiosas oportunidades. Lo normal es pedirle a los empleados que completen determinada tarea, le entrega las reglas y el resultado esperado, dejando muy poco espacio para la creatividad y la resolución de problemas.

Apreciable empresario que me lees. Te propongo un ligero cambio: Inspira a tus empleados comunicándoles lo que necesita del trabajo permitiéndoles descubrir cómo hacerlo realidad. No te divorcies del proceso, pero tampoco microgestiones. En su lugar. apoya a tus empleados mientras trabajan para lograr un resultado común. De esta manera, compartes objetivos con ellos para que puedan trabajar juntos para lograrlos.

Por supuesto, que cuando se trata de organizaciones grandes, con niveles jerárquicos de responsabilidad y autoridad, el liderazgo es esencial en las personas que forman parte. Aquí es cuando se justifica plenamente convertir a tus empleados en líderes.

Te comparto 4 actitudes que todo líder o dueño de empresa debe mantener encendidas como llama:

Comunicación efectiva. Un líder es un gran comunicador. No hay excepción a la regla. Entonces mejora la forma de cómo te comunicas.

Encender la Pasión. Si realmente te apasiona tu negocio, tu entusiasmo contagiará a tus empleados. Lo contrario también es cierto.

Auto conciencia e Inteligencia Emocional. Un líder consciente de sí mismo comprende sus fortalezas y debilidades, pero no se detiene ahí. Trabaja para maximizar su fortalezas y mejorar las áreas débiles.

Manténgase accesible. Los líderes que inspiran, están. Propician opiniones, críticas y nuevos desafíos, invita a los empleados a desempeñar roles activos en el proceso empresarial. Propicia un ambiente de contribución e innovación. Pero hay que estar.

Recuerda que no es necesario exhibir todas y cada una de las cualidades del buen líder en este momento. Adopta un enfoque mesurado y trabaja en desarrollar tu liderazgo. Mientras tanto, tus empleados desarrollarán sus propias habilidades a medida que su propio estilo de liderazgo prospera y se profundiza.

Alberto Jiménez es Entrenador de Resultados y Conferencista especializado en Desarrollo Personal. Certificado en PNL por la Tony Robbins Leadership Academy. Asesor y mentor de empresarios y emprendedores con más de 12 años de experiencia ayudando a las personas a alcanzar sus resultados más deseados.