Más allá del sentido del negocio y de la obtención de utilidades, como empresario perteneces a una sociedad conformada por un conglomerado de personas que conviven en un área geográfica y que comparten infraestructuras y problemáticas sociales, servicios públicos, un sistema de gobierno, leyes y ordenamientos administrativos, así como otras particularidades y necesidades más, que se dan en la interacción humana comunitaria. 

Tu empresa es parte de esa interacción y tu vida está inmersa en ella. En ese sentido, como ciudadano y como empresario, sé consciente que es parte de tu responsabilidad el vivir en un lugar con condiciones dignas y seguras, que constituya un entorno favorable. Es decir, que esa tarea no es sólo del gobierno, también es tuya, en la debida proporción a tus posibilidades y esfuerzos.  Por supuesto que como empresario piensas que generas empleo, pagas impuestos, trabajas mucho, te esfuerzas para administras lo mejor posible tu negocio, arriesgas el capital, das tu tiempo y otras muchas otras consideraciones más, que son pruebas fehacientes que cumples con tu parte.  

Y estás en lo cierto. 

Sin embargo, también es cierto que como empresario tienes la posibilidad de contribuir a una mejoría de la población en lo social, en lo económico y en lo ambiental. Así mismo, puedes coadyuvar a no comprometer la capacidad de los recursos naturales para que las próximas generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades y gozar de los recursos que no da la naturaleza y el planeta -tal como hoy lo hacemos nosotros-, con acciones tales como: donaciones para sectores de población en pobreza, empaques y usos de equipos que no contaminen, reciclar materias primas,  dar becas a estudiantes, políticas de no desperdicio de agua y de otros recursos naturales, dar trabajo a los de la tercera edad, y otros apoyos más, que benefician a los más necesitados y en ciertos casos, ayudan a no comprometer el bienestar  de las nuevas generaciones. 

Lo importante es que hagas tuya la convicción de que el objetivo empresarial tiene un significado mucho más amplio e importante, que tan sólo generar ganancias y hacer crecer el negocio. Ser empresario implica la responsabilidad de contribuir al mejoramiento de la sociedad a la que perteneces. Además, las acciones que lleves a cabo dentro de la esfera de la responsabilidad social, sin duda, mejoraran la imagen de tu empresa y hasta pueden ser parte de una estrategia de competencia empresarial, que motive el sentido de pertenencia en los trabajadores y la fidelidad de los clientes.

 

La responsabilidad social, el cuidado al medio ambiente y el buen uso de los recursos naturales, son premisas de actuación empresarial que deben observarse como parte de compromiso social y empresarial que va de la mano con el sentido del negocio. Por otro lado, las empresas socialmente responsables, actúan con resiliencia cuando la situación lo amerita, como es el caso de una contingencia sanitaria. Lo que implica implementar con oportunidad acciones prioritarias, dirigidas a la seguridad y al bienestar físico y emocional, tanto de los trabajadores como de los clientes. 

Lo deseable es que – dentro de lo posible- ese objetivo, vaya más allá de lo que pudiera establecer un mandato gubernamental. En este caso, la filosofía debe ser anteponer el bienestar de la comunidad y del recurso humano, a la generación de utilidades. El empresario consciente no ve la responsabilidad social y de sostenibilidad como una obligación, más bien, la visualiza como una oportunidad de dar, de cuidar, de garantizar, y de sumarse a la meta del contribuir al bienestar social.