La inversión de capital y su retorno. Edgar Hernández Cancino Quintero

La inversión de capital y su retorno. Edgar Hernández Cancino Quintero

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Todo negocio requiere al inicio y durante su operación, capital propio por un monto suficiente para sustentar su desarrollo y su éxito. 

La aportación inicial de capital  es necesaria para solventar diversas erogaciones, tales como: gastos pre operativos, investigaciones de mercado y de contacto de proveedores de bienes y servicios, honorarios por gestión de licencias, anuencias, permisos y avisos de apertura a diversas autoridades, gastos de organización y control, gastos de publicidad y promoción, inversiones en instalaciones de oficinas, equipos de producción o de servicios, edificios, mobiliario y equipos diversos, capacitación de personal, adquisición de inventarios, capital de trabajo y otras inversiones, diversos gastos y costos más, que en su conjunto son necesarios para arrancar el negocio y  para su continua operación. 

Cuando se constituye un negocio como persona moral mercantil, la inversión de capital se denomina capital de aportación inicial de socios o de accionistas, y cuando es una persona física, se conoce como capital o patrimonio del propietario. 

Una empresa requiere para tener finanzas sanas, iniciar operaciones con recurso propio y no con dinero prestado. Esto es así, debido a que generalmente el financiamiento de deuda genera un costo financiero y tiene un plazo forzoso de cumplimiento de pago, mismo que difícilmente podrá ser cubierto con las utilidades que pudiera inicialmente generar el negocio. Independientemente que sufra pérdidas y no genere ganancias, o que sólo logre el punto de equilibrio entre los ingresos obtenidos y los costos y gastos erogados, iniciar un negocio con dinero prestado es casi siempre un error garrafal, debido a que la deuda es una carga financiera con plazo de vencimiento de pago, que podría impedir su crecimiento y su desarrollo. 

El capital aportado constituye un recurso financiero que es invertido a largo plazo, y que, dependiendo de la rentabilidad del negocio, podrá generar un retorno vía ganancias obtenidas en un periodo determinado, o en su caso, vía retiro o disminución del capital aportado, o bien, perderse por sufrir pérdidas en la operación.

La operatividad de toda empresa se apalanca en principio, en su capital contable, ya que su monto, es el recurso con el que realmente cuenta el negocio, si tuviera que liquidar todas sus deudas. Incrementar el capital contable, es un elemento clave y necesario para sustentar el crecimiento de la empresa. Por ello, cuando se obtienen ganancias, parte de ellas deben de reinvertirse en aumento de capital, y no distribuirlas como dividendos a los propietarios. 

En su caso, una alternativa financiera es que se aumente el capital con aportaciones adicionales, para que se invierta lo aportado, en el proyecto de crecimiento. En este caso, es común que se cometa el error de decidir basar el crecimiento del negocio, en inyectar recursos mediante la contratación de deuda bancaria y manejo de diferimiento de pago a los proveedores, con la esperanza que la nueva gestión de negocios genere utilidades suficientes para poder liquidar la deuda contraída y sus intereses. Sin embargo, es muy improbable que así suceda, pues todo crédito tiene un plazo de vencimiento de pago y un costo financiero, que difícilmente podrá pagarse en el plazo pactado, por el aumento (en su caso) de los ingresos por ventas, obtenido en razón del nuevo proyecto empresarial (una nueva sucursal, un nuevo departamento de venta, una remodelación o ampliación, nuevos productos en venta o cualquier otro tipo de inversión). 

Determinar el punto de equilibrio, en relación al monto de los ingresos que la empresa necesita obtener vía ventas, para poder soportar su costo operativo y las amortizaciones de la deuda y sus intereses, es un requisito indispensable para poder planear financieramente y mantener unas finanzas sanas.  

En resumen, el crecimiento del negocio debe necesariamente apalancarse en un aumento de capital, en un adecuado manejo del capital de trabajo, en una administración eficiente de los ingresos que se obtienen y lo egresos que se erogan, en una reinversión de utilidades y en un adecuado financiamiento de deuda.

Sé consciente: que todo negocio requiere inversión de capital a largo plazo y que iniciarlo con dinero prestado no es la opción. Ten claro, que lograr un crecimiento de la empresa infiere contar con capital suficiente para financiarlo

Edgar Hernández Cancino Quintero

Es contador público y auditor, egresado de la Universidad Veracruzana, con estudios de especialidad y maestría en administración fiscal. Realizó un Doctorado en Gobierno y Administración Pública.  Por más de 30 años ha ejercido contaduría pública como consultor de empresas, dictaminador fiscal y perito contable. Es socio director de XELCRON Empresa de Tecnología especializada en Sistemas Administrativos. Socio Director de Cancino, Hidalgo y Asociados, S.C.  Ha impartido conferencias, talleres y cursos en desarrollo humano y en las áreas de fiscal, ética y contabilidad en diversas universidades públicas y privadas en México y en el extranjero. En el 2011 publicó la obra Ponga en orden su vida y sea feliz: controle su entropía y en el 2013 el libro Decídete a ser feliz: una guía para lograrlo.


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