¿Iniciar el negocio, solo o en sociedad? Edgar Hernández Cancino Quintero

¿Iniciar el negocio, solo o en sociedad? Edgar Hernández Cancino Quintero

 
Una de las decisiones más importantes al iniciar una empresa, es determinar cuál debe ser el monto del capital inicial, y en su caso, la decisión de invitar o no, a otros inversionistas a participar en el negocio para juntar más capital. 

Si vas a iniciar un negocio y te enfrentas a esta decisión, debes razonarla sin prisa, mesuradamente y con prudencia. Toma en cuenta que no es nada fácil administrar un negocio en sociedad, y menos lo es, cuando se pretende una participación igualitaria, como es el caso cuando hay dos socios al 50% de participación, o varios con el mismo porcentaje del capital total invertido. 

¿Por qué? 

En principio, porque en analogía a un barco, sólo debe haber un capitán que tome las decisiones importantes, es decir, sólo debe haber alguien que sea quien decida lo que se va a hacer, y esto sólo se logra si uno de los socios tiene una participación mayor del capital de aportación. Cuando se tiene la misma participación accionaria, y uno de los socios no está de acuerdo en la decisión que pretende tomar su socio, la situación se puede volver complicada y generar desavenencias, que a la postre podrían afectar la cordialidad entre los inversionistas, y en su caso, hasta perturbar la armonía en la administración del negocio. 

Cuando se inicia una empresa en sociedad, la esperanza de lograr el éxito empresarial es generalmente alta, sin embargo, a medida que se presentan las vicisitudes, las situaciones y los problemas propios de los negocios, suelen surgir inconformidades entre los socios, como, por ejemplo:  que alguno de ellos sienta que es él quien trabaja más, que gana menos que el otro socio o que gana igual, pero que el otro socio trabaja menos. Por otro lado, también pueden surgir desavenencias cuando hay problemas personales de los socios, tales como: divorcios, padecimientos de salud física o mental y por ello, se ve afectada su participación laboral. Lo mismo puede suceder cuando uno de los socios es sólo industrial (de trabajo) y el otro es el capitalista, o bien, es quien da las garantías de los créditos obtenidos. 

Entonces, qué es mejor ¿iniciar el negocio sólo o hacerlo en sociedad? 

Sé consciente, que como dicen los doctores no hay enfermedades, hay enfermos.  Cada caso es diferente. Todo depende de las circunstancias, de las conveniencias, ventajas y desventajas: si tienes o no el capital necesario; si tienes experiencia en los negocios; si conoces el giro; si tienes el tiempo requerido, etcétera. Sin duda, muchas veces -tal y como lo establece la filosofía de los emprendedores-, es mejor "iniciar un negocio en pequeño para después poder hacerlo grande”. 

Por otro lado, también debes tomar en cuenta que, al iniciar un negocio en sociedad, los socios unen sus talentos, sus capacidades, sus recursos financieros y su tiempo. Y esto se traduce, en tener una mayor posibilidad de éxito al tener más capital y más recursos. Sin embargo, ten presente que, al asociarse, no sólo se unen los capitales, también se da la interacción del pensamiento, las emociones, los valores y hasta los problemas personales de cada socio. Y en ese sentido, administrar un negocio en sociedad tiene un alto grado de complejidad, ya que trabajar juntos, con armonía, honestidad, lealtad y confianza, es una tarea bastante difícil en virtud de que las relaciones humanas suelen ser complicadas. 

La recomendación es que razones muy bien tu decisión, y que tomes en cuenta las ventajas y desventajas de asociarse o no, y que consideres las circunstancias particulares, tales como: capacidad financiera de inversión, tiempo, experiencia, valores personales, carácter y actitud, entre otras más. Después de todo, recuerda que Roma no se construyó en un día, todo lleva su tiempo y por supuesto, también lo lleva consolidar un negocio y hacerlo rentable.  

Participar del negocio a otros, es una decisión que debes meditar con calma, visualizando sus ventajas y sus desventajas, sin olvidar que, en su caso, eres tú quien debe tener la mayor participación de capital, para ser el capitán del barco. En otras palabras, quien decide el rumbo de la empresa.

Edgar Hernández Cancino Quintero

Es contador público y auditor, egresado de la Universidad Veracruzana, con estudios de especialidad y maestría en administración fiscal. Realizó un Doctorado en Gobierno y Administración Pública.  Por más de 30 años ha ejercido contaduría pública como consultor de empresas, dictaminador fiscal y perito contable. Es socio director de XELCRON Empresa de Tecnología especializada en Sistemas Administrativos. Socio Director de Cancino, Hidalgo y Asociados, S.C.  Ha impartido conferencias, talleres y cursos en desarrollo humano y en las áreas de fiscal, ética y contabilidad en diversas universidades públicas y privadas en México y en el extranjero. En el 2011 publicó la obra Ponga en orden su vida y sea feliz: controle su entropía y en el 2013 el libro Decídete a ser feliz: una guía para lograrlo.

COMENTARIOS

Anónimo
Estoy de acuerdo con Tigo al 100 quiero tus libros Un saludo

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