Somos polvo de estrellas. Carl Sagan

Somos polvo de estrellas. Carl Sagan

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Cuando los primeros humanos, hace miles de años, en las contadas noches que apagaban sus hogueras, se quedaban a solas con las estrellas, había algo mágico en ese cielo infinito que aparecía inmutable cuando sobre la Tierra todo era caos. 

Pero lentamente, primero Ptolomeo, y luego Copérnico, Galileo y Kepler, entre otros, fueron desplazando esa magia, con el Conocimiento, sus preguntas, su incertidumbre y curiosidad.

El siglo XX tuvo un hombre que consiguió fusionar Ciencia y Magia, como un moderno alquimista, casi un encantador de las Ideas.

Nacido en NYC un día como hoy de 1934, Carl Sagan fue el divulgador de Ciencia más importante del Siglo XX.

Era hijo único de una familia muy humilde.

Su padre era un inmigrante ucraniano que trabajaba como acomodador de cine, y su madre, una neoyorquina que había crecido prácticamente en la miseria.

El pequeño Carl muy pronto demostró ser un niño inteligente y curioso.

Sus padres, reconociendo esas condiciones, le ofrecieron todo lo que podían darle; lo apuntaron a una Biblioteca Pública, y poco después lo llevaron a la feria mundial de Nueva York, en 1939, dos decisiones que

cambiarían su vida para siempre.

Vino luego la lectura de los libros de ciencia-ficción, sobre todo los de Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán, dedicados a Marte, o de divulgación, sobre todo The Interplanetary Flight, de Arthur C. Clarke, al poner de manifiesto la posibilidad de viajar al espacio y la búsqueda de vida extraterrestre.

Siempre fue un alumno brillante y se graduó con Honores en Arte en la Universidad de Chicago en 1954.

Para 1960, ya se había graduado en Ciencias, tenia un máster en Fisica y un doctorado en  Astronomía y Astrofísica.

Además, entre sus intereses también se encontraba la biología.

Colaboró así con científicos  tan notables como Stanley Miller, George Muller o Joshua Lederberg, y así ayudó a dar forma tanto a las ciencias planetarias como a la exobiología.

En 1961 es invitado a la primera conferencia sobre SETI, el proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre, en el observatorio de Green Bank en Virginia, de la que surge la ecuación de Drake, que permite estimar el número de civilizaciones avanzadas que hay en nuestra galaxia y de la que Sagan se convertirá en el más ardiente defensor.

Colaboró directamente en varias misiones espaciales de la NASA y fue, como sabemos, quien diseñó los mensajes destinados a posibles civilizaciones extraterrestres que fueron incluidos en las sondas espaciales Pioneer y Voyager.

Pero será en 1980 donde se convierta en un mito.

A través de su serie Cosmos, vista por más de 400 millones de personas de más de 60 países donde se emitió,  fue fuente de inspiración para jóvenes y adultos.

Con un lenguaje sencillo y alegre, invitó a millones de personas a encontrar junto con él, respuestas a las preguntas más profundas del Ser Humano.

Muchos de sus libros se convirtieron en bestsellers.

Su obra Los dragones del Edén, obtuvo el Premio Pulitzer en 1978.

Se opuso a la guerra de Vietnam y advirtió los efectos del cambio climático.


Partió tempranamente en 1996.

Un año antes había aparecido su último Libro, El Mundo y sus demonios.

En el, y casi en los albores de Internet, Carl advertía de que manera una herramienta tan poderosa, podía ser hasta peligrosa, en Sociedades con bajos niveles Educativos.

Afirmaba que en ese contexto, un medio de comunicación tan masivo, necesariamente llevaría a extender un estado de Ignorancia.

Mencionaba proféticamente:

"En pocos años, la economía, estará al servicio de la información.
El poder de los medios tecnológicos, estarán concentrados en manos de élites financieras, y nadie que represente realmente una alternativa de cambio para el interés público, tendrá acceso libre esas fuentes.
Se conseguirá de esa forma, ante la saturación de contenidos vacíos, que las Sociedades pierdan su capacidad de establecer  prioridades o de cuestionar con argumentos a los que ejercen la autoridad."

Creó una visión de la Ciencia cercana y como algo que nos dá sentido como Humanidad y nos conecta Espiritualmente con el Universo.
El 5 de febrero de 1990, el Voyager 1 toma una fotografía de la Tierra, a 6.000 millones de kilómetros, la más lejana de la historia.

Carl escribe;

"En éste pálido punto azul, está la suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada "superestrella”, cada "líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí; en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol..."

Nuestro hogar, la Tierra...

Stephanie Ducasse


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