De los temas de liderazgo que hemos compartido en LIDER EJECUTIVO MX sin duda uno de los más importantes es el acto y efecto de DELEGAR. Muchas veces también es arte.

No existe momento más relevante e importante para el ejercicio del liderazgo que tener la capacidad, no sólo de inspirar, mantener unido al equipo, lograr un nivel alto de compromiso y motivación, hacer que el equipo se mantenga enfocado; sino delegar la responsabilidad y autoridad ya sea de un proyecto, una función a un miembro, una actividad, un evento, etc.

Aquí es cuando les tiembla la mano a los más osados.

Quizá le respuesta se encuentre enterrada en lo más recóndito de nuestro subconsciente, en la configuración de nuestra personalidad. Estas son algunas pistas:

Miedo al fracaso. Pensar que sólo nosotros somos capaces de desempeñar una tarea es una creencia arraigada en la que debemos trabajar. Invertir en el fracaso convertido en aprendizaje es una apuesta que el líder debe medir.

Perfeccionismo. Es un rasgo de la personalidad del líder que puede aflorar porque quiere que las cosas se hagan exactamente como él las resolvería.

Falta de confianza en los demás. Dudar de las habilidades, capacidad, juicio y ética de sus colaboradores es un impedimento para delegar. Si existen, porque es posible, lo mejor es capacitar o sustituir al colaborador.

Falta de tiempo para entrenar. Para delega hay que invertir tiempo para que el equipo o el miembro del equipo pueda desempeñar el encargo conforme a lo esperado. Esto incluye conocer el proceso, los requerimientos de entrada y los resultados esperados.

Inseguridades del Líder. Algunos líderes pueden sentir que delegar es una muestra de debilidad o falta de competencia y deben demostrar todo el tiempo su capacidad para que con su ejemplo los demás aprendan.

Falta de habilidades de comunicación. La delegación efectiva requiere una comunicación clara y una asignación precisa de las responsabilidades. Cuando esto no sucede las expectativas de los resultados no aparecen.

Falta de un proceso de seguimiento. Delegar no se trata de asignar tareas y ya. También es necesario asegurarse de que los resultados se den en tiempo y forma. Para eso el Líder debe definir indicadores para poder dar seguimiento.

Sobreocupación. Estoy sobreocupado porque no delego. No delego porque estoy sobreocupado. Es probable que el líder esté ejecutando funciones operativas lo cual le impiden "subirse a la piedra”, es decir, dirigir el rumbo de su equipo o su empresa.

Una de las características del Líder es además de ser un gran estratega, su gran capacidad de plantear y compartir su visión.

A alguien escuché decir que Napoleón Bonaparte, el gran emperador francés antes de iniciar una batalla subía al monte más alto y podía predecir no sólo su victoria, sino también la estrategia que debían ejecutar sus generales. La posición en el terreno es vital y si estás sobre una montaña que te permita visión de campo y conocer las amenazas y oportunidades te permitirá administrar tus fortalezas y reprimir tus debilidades.

Eso es justamente "subirse a la piedra”.

El LIDER EJECUTIVO además de estar a nivel de cancha debe decidir "subirse a la piedra” adquirir visión de campo, trazar las estrategias y compartirlas con su equipo. Y esto se logra delegando funciones, responsabilidades y autoridad basadas en un conjunto de procesos muy bien identificados y definidos. Con conocimiento claro de los recursos requeridos, asignados y administrados. Con expectativas claras de los resultados esperados. Y un conjunto de políticas operativas y ejecutivas que permitan al equipo trabajar con la mística propia del Líder.

Al tiempo.